A lo largo de los últimos 15 años se ha creado en este país un mercado editorial de comics estable y bastante rentable. Pero la consolidación del panorama tebeístico no ha traido consigo decisiones editoriales con criterios respetuosos con la obra publicada sino principalmente de negocio.
Salvo honrosas y recientes excepciones, la decisión de editar una obra relevante y su formato responde normalmente a oscuras e inexplicables razones y no al deseo de mostrar la obra de la manera más fiel a la que se publicó en un principio. Muchas veces estos formatos, a cual más delirantes, se justifican con una presuntuosa intención de mejorar la edición primigénia pero sospechosamente siempre la decisión adoptada beneficia más a la editorial que a los sufridos lectores. Cómo se justifica, si no es por la intervención de las sustancias alucinógenas que emanan los billetes de euro, que el Tarzán de Hal Foster y Burne Hogarth se publique en un tamaño cuartilla cuando requería uno mayor para apreciar el arte de estos pioneros y que Deadman o Batman, Year One se publiquen en un tamaño gigante, llamado también "absolute", con papel satinado que deslucen el espléndido arte de Neal Adams o David Mazzucchelli.
Por otra parte que una de las tres o cuatro obras más importantes de la historia del comic haya sido objeto de ediciones tan lamentables en el pasado demuestra que esto de publicar tebeos, en este país, es un negocio no muy diferente al de fabricar churros. La obra en cuestión es Terry and the Pirates de Milton Caniff y tanto la edición de Norma Comics, que publicó sólo las sundays (repartidas cada una en dos páginas; eso sí en color) que convertían su lectura en todo un jeroglífico como la de Planeta DeAgostini (con las tiras y las páginas dominicales en un blanco y negro infame) son un recordatorio que esta gran obra está aún por publicar de manera decente. Ahora que la editorial IDW está editando una espléndida recuperación incluyo esta petición como la primera y principal en esta última carta a los Reyes.
Otro atentado a una obra artística es la única edición de The Silver Surfer de Stan Lee y John Buscema que yo conozca. Se publicó, en una colección de Forum titulada significativamente Clásicos Marvel en B/N, tres volúmenes que abarcaban la etapa de John Buscema y un episodio (el #18 y último) dibujado por Jack Kirby. La ausencia de su color original convertía este desatino editorial en una gran oportunidad perdida. En Francia, mercado mucho menos dominado por los lobbys superheroicos, existe una edición impecable de Soleil en 5 volúmenes y Panini Francia está preparando el Omnibus. Yo tengo los dos volúmenes del Marvel Masterworks americano y es una edición impecable que se debería copiar aquí.
La recopilación de los mejores relatos de la editorial EC COMICS es otra asignatura pendiente en nuestro mercado. Las mejores obras de Harvey Kurtzman, Bernard Krigstein, Johnny Craig, George Evans, Albert Feldstein, Wally Wood, Reed Crandall, Jack Davis y tantos otros se merecen un formato mejor que el ridículamente pequeño publicado por Planeta y por supuesto con su color original.
Un caso extraño es el del magnífico Flash Gordon de Dan Barry y equipo que Ediciones B.O. ha publicado en color cuando son tiras diarias, evidentemente en B/N.
Las ediciones de Corto Maltese en color por Norma también desentonan mucho, especialmente si las comparamos con la edición en el blanco y negro original de La Balada del Mar Salado publicada recientemente, eso sí en un formato gigante bastante incómodo.
El Cuarto Mundo de Jack Kirby obra monumental, repleta de detalles y con un colorido psicodélico es otra edición absurda en nuestro mercado: en tamaño bolsillo y en B/N. DC está publicando en Estados Unidos una edición omnibus espléndida que podría ser ejemplo para su publicación de forma decente.
Dos grandes obras del gran Richard Corben, concretamente Rowlf y Bloodstar editadas en color por Toutain, merecerían una edición de prestigio en el blanco y negro original.
Kane de Paul Grist sufre en su edición española, a cargo de Dolmen, de raquitismo que dificulta su lectura de forma evidente. Esperemos que ésta u otra editorial publique esta gran obra de forma menos comprimida.
Spirou de Franquin ha sido masacrada en un formato pequeño y sin su color primigénio, error que se podría haber subsanado copiando la espléndida colección integral de Gaston Lagaffe, aquí llamado Tomás el Gafe publicada por la misma editorial. Lo mismo para Cinder & Ashe de Conway y García López.
Para ir acabando esta carta petitoria, rogaría a nuestros grandes editores y directores de colecciones que tanto nos hacen sufrir a los lectores, que obras tan importantes como Comanche, Bernard Prince, Teniente Blueberry, Kelly Green o muchas más se publiquen de forma íntegra y en su orden correcto.
Un caso muy comentado, polémico pero diferente es la publicación de El Príncipe Valiente de Harold Foster por parte de Manuel Caldas. Esta edición carece del color original sin embargo en un fenomenal esfuerzo de restauración el editor portugués recupera el trazo del dibujante canadiense perdido en las sucesivas ediciones y reediciones anteriores la publica de forma íntegra y respetuosa como la inmensa calidad de esta obra maestra merece. Ésta labor de recuperación puede ser una base perfecta para una edición definitiva en color que esperemos se haga con el mismo amor al trabajo bien hecho que el de este editor luso; parecido a lo que hemos visto y disfrutado con Lance de Warren Tufts también editada por Caldas. Prefiero no comentar la cacicada por parte de Planeta de no dejarle distribuir la colección en España porque se me calienta el teclado pero es un caso sangrante ya que, para acabar de arreglarlo, la chapuza perpetrada por esta editorial con el color en su edición es de las que hacen época.
En fin y a modo de epílogo, pediría que los episodios de la serie regular de Tex así como los especiales (también llamados "texones") dibujados por Victor de la Fuente, Manfred Sommer y José Ortiz se publiquen aquí. Eso sí, en blanco y negro original y formato normal. Y que de una vez y para siempre los responsables de editar comics dejen de innovar con los formatos de sus productos y publiquen las obras en su formato original y respetando la obra de los autores. Los lectores nos conformamos con eso, que no es poco.