Josep Coll i Coll nació en Barcelona el 8 de febrero de 1923. Debido a las dificultades económicas de su familia empezó a trabajar a los 12 años en una cantera. Sin embargo en la adolescencia combinó este trabajo con los estudios de mecánica y delineación en la Escuela Industrial de Barcelona. En 1947 empieza su colaboración en las revistas Chispa, La Risa, Pocholo entre otras. En septiembre de 1948 se presentó con una carpeta repleta de originales en las oficinas de la revista TBO en el nº 177 de la calle Aribau para entrevistarse con el director Joaquim Buigas. Éste supo ver rápidamente el talento del joven albañil y le compró todos los dibujos de la carpeta prometiéndole trabajo estable si se aplicaba en la mesa de trabajo. Su primera página publicada en TBO #14 correspondiente a octubre de 1948 se tituló La teoría del profesor Moski y La venganza en las nubes. Pese al estilo aún primitivo del arte puede considerarse esta publicación como un momento culminante de la historia del comic español. Tras unos meses compaginando los dos oficios Josep Coll dejó el mundo de la construcción para dedicarse en exclusiva a la historieta. Empieza así una relación profesional que duraría algo más de 15 años. El autor barcelonés colaboraría mientras tanto en otras revistas como L'Infantil - donde crea su única serie con personajes fijos llamada En Bufa i en Pumpum - y en Tururut!. A finales de la década de los 60 decide abandonar la historieta para volver a trabajar en la construcción como albañil especializado ya que en este gremio se cobraba mucho más. Sin embargo en la revista se siguió publicando su trabajo ya que se conservaban muchas de sus páginas en stock. Su trabajó se reeditó constantemente en la década de los 70 sin que el autor percibiera ninguna compensación económica por ello. A principios de la década de los 80 su figura volvió a despertar el interés de aficionados y crítica y él mismo autoeditó un álbum recopilatorio titulado De Coll a Coll (1982). En julio de 1984 se suicida en su domicilio tras padecer una fuerte depresión.
Una de las características más comentadas de su arte fue la ausencia de personajes fijos. Si exceptuamos la corta serie En Bufa i en Pumpum, Coll siempre trabajó con figuras arquetípicas pero anónimas como los náufragos, los porteadores, las estatuas del parque, los cazadores coloniales y autóctonos, los pescadores de caña, los conductores de utilitarios, el sereno... Sus temáticas siempre rondaban el slapstick aunque su fértil imaginación daban al argumento una vuelta de tuerca más al tópico. Usaba el diálogo aunque también sabía hacer historietas mudas donde su dominio de la narrativa y la expresión corporal brillaban aun más si cabe. Coll nos dejó una obra monumental y maravillosa que sólo la miopía editorial hace que esté dispersa y diseminada en un montón de revistas sueltas. Su consideración como uno de los grandes autores universales va imponiéndose lentamente en el dominio común y el reconocimiento oficial tardará un poco más.
A principios de agosto lo propuse por escrito en el organismo oficial correspondiente del Ayuntamiento de Barcelona como candidato a tener una calle o plaza con su nombre como también a Jesús Blasco. Creo que dos figuras universales como el creador de Cuto y Josep Coll i Coll se lo merecen.
Salut!