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lunes, 25 de julio de 2016

Los comics de superhéroes que amo (4) Daredevil de Frank Miller



El comic de superhéroes moderno nació y creció con él. Esto es algo que siempre tendremos que recordar pase lo que pase, haga lo que haga con su carrera y con su vida Frank Miller. Y el comienzo de todo fue Daredevil, lo publique quien lo publique y aunque le pese a ciertas editoriales o a ciertos organizadores de salones de comic. Y el Daredevil de Miller empieza realmente en el #168 de la colección regular justo cuando Elektra entra en acción.


Antes podemos contar una decena de episodios dibujados por él, bastante correctos, donde se intuye que participa decisivamente en los argumentos y en los diálogos pero cuyos guiones están firmados mayoritariamente por el discreto Roger McKenzie.
Si atendemos al texto de presentación del primer comic book de Daredevil dibujado por Miller, el #158 de la serie regular de mayo de 1979, parece que los de Marvel ya presagiaban el éxito futuro del casi adolescente artista de Maryland, pero en aquellos tiempos estos textos venían casi de fábrica y se ponían por defecto aunque en esta ocasión diera de lleno en la diana.


En estos 10 episodios iniciales Miller se familiariza con el personaje y empieza a regalarnos sus famosas páginas de acción compuestas de viñetas rectangulares alargadas tanto horizontal como verticalmente. Es su etapa de aprendizaje que completa en un tiempo récord aunque haya que precisar que en esta época la colección era bimensual por lo que los plazos de entrega eran más razonables. 


Así pues la serie se va volviendo cada vez más urbana, cada vez más nocturna y cada vez más centrada en la vida de Matt Murdock y de los personajes que le rodean. Elektra aún no ha aparecido por lo que el contrapunto femenino lo encarna Natacha Romanof - más conocida como la Viuda Negra - y como si de un ensayo se tratase tienen que lidiar con el siempre mortífero Bullseye. No aparece Kingpin y Foggy está en un discretísimo segundo plano pero, con la perspectiva que dan las décadas, uno intuye un algo milleriano en aquellas páginas especialmente en el episodio del hospital donde el protagonista absoluto es... ¿lo adivinan? Ben Urich.


Tras más de año y medio en la colección y tras el repaso al origen del personaje que se produce en el #164 que hemos señalado arriba todo está dispuesto para que Frank Miller tome las riendas de la serie y se erija en el dueño absoluto de la franquicia. Y su etapa de plena autoría empieza a lo grande presentando a Elektra...


Elektra Natchios es una ninja, cazarecompensas, asesina a sueldo y primer amor de Matt Murdock que recibe el encargo de llevar a Europa un ladrón de poca monta. Después de tantos años la ex novia tiene que entrar en el territorio de Daredevil y se produce un épico enfrentamiento a la vez que nos enteramos de las circunstancias de su noviazgo en el pasado.
Es un episodio calcado a los que hizo 30 años antes Will Eisner en The Spirit presentando a Sand Saref pero sin embargo y paradójicamente supuso una renovación en el género. La mezcla de serie negra y superhéroes, la ambientación ciudadana y no sideral y sobre todo la atención hacia el conflicto interno de los personajes y no sólo a la lucha física agitaron el medio de una manera inédita hasta entonces.

Aunque volvería a tomar como referencia a The Spirit en varias ocasiones también se fija, en el aspecto formal, en obras mucho más lejanas; en concreto del Japón y en el manga que empieza a ser asimilado por Occidente. Obras como Lone Wolf and Cub son fundamentales para entender la pequeña revolución artística que Frank Miller realiza en su Daredevil.


El grueso de la etapa de Frank Miller en la colección de Daredevil comprende - prácticamente sin interrupciones - de los #158 al 191. Temporalmente abarca de mayo de 1979 hasta febrero de 1983 dándose la circunstancia que la colección pasa a ser mensual a partir de mayo de 1981. El equipo habitual a partir del #168 será el compuesto por Frank Miller (argumentos, guión y narrativa) Klaus Janson (acabados y entintado) y Glynis Wein o el mismo Janson coloreando. Tres años más tarde de abandonar la serie, en febrero de 1986, Frank Miller se reincorporaría a ella sólo escribiendo los guiones, pero ésto es materia para otro post.


La evolución mes a mes es espectacular; en su pleno apogeo podríamos definir la colección como una mezcla ajustada de comic de superhéroes, género negro y películas de ninjas.
La conjunción entre los textos y las imágenes es revolucionaria y el tono se balancea intrépidamente entre el hard-boiled más duro de Mickey Spillane al humor más socarrón e irreverente de Donald E. Westlake. Argumentalmente la acción principal se estructura en torno a la ascensión al trono de rey del hampa de Kingpin y a los esfuerzos de Daredevil por evitarlo. En medio de este fuego cruzado: Elektra, Bullseye, Ben Urich, Foggy Nelson, TurkVanessa Fisk...


El punto culminante, el meollo de la trama lo podemos situar en los números 179, 180 y 181 siendo este último un capítulo doble de 38 páginas. Son en la práctica 4 episodios donde se disparan todas las hostilidades y se desencadenan todas las tramas para desembocar en un apoteósico desenlace. Elektra, Bullseye, Kingpin y Daredevil luchan denodadamente para acabar empatando y configurando un escenario, un status-quo que parece ser vigente aun en la actualidad. Se produce una de las muertes más famosas de Marvel (una de las tres más famosas para ser precisos y curiosamente todas de mujeres) y las consecuencias de esta muerte marcarán la serie durante años, casi décadas.


En estos 4 números está la esencia del primer Daredevil de Frank Miller; acción, reacción, la violencia y sus consecuencias.
A partir del #182 Miller se va desligando cada vez más de la colección dejando a Klaus Janson apartados cada vez mayores del arte. Podemos encontrar sin embargo episodios interesantes donde Miller y Janson experimentan con el lenguaje narrativo e intentan mantener el interés en la serie. Aparecen personajes estelares de la época como El Castigador o viejas amigas con aires renovados como la Viuda Negra pero se aprecia un cierto cansancio, una ligera repetición de fórmulas ya conocidas y también un malestar por parte de Miller por las injerencias de la compañía. La condición de serie hot, de comic book del que todo el mundo habla tiene como contrapartida negativa la falta de libertad creativa. Además el ruido de fondo es ensordecedor y las presiones son enormes para que cierto personaje resucite...


Y lo que tenía que pasar, pasó y Miller se cansó y decidió abandonar la serie. Realiza el encargo de "resucitar" a Elektra de una forma bastante ambigua y malsana. Y se permite el lujo de escribir y dibujar un último capítulo - el #191 - donde reflexiona sobre el héroe y su reverso. Este episodio titulado Ruleta está entre lo mejor que ha hecho nunca Miller en el comic mainstream y supone un perfecto broche final a esta primera etapa a cargo de la serie.


Ruleta es toda una declaración de principios y es también una constatación de que los comics de superhéroes habían dejado la etapa de la adolescencia para enfilar una turbulenta madurez. Pocos años más tarde Alan Moore y el mismo Frank Miller demolerían el género para asentarlo en nuevas bases. Sus obras fueron magníficas cargas de profundidad que dinamitaron completamente lo viejo, lo caduco y lo repetitivo del medio pero que desgraciadamente sólo contribuyeron a crear unas estructuras renovadas, quizás más sólidas, pero con los mismos vicios de antaño y sin su componente de inocencia, de frescura y naturalidad. Pero no puede decirse que Miller no lo intentará. Luchó denodadamente para conseguir una renovación y además nos dejó un buen puñado de historias a las que siempre volveremos. Y como decíamos antes su Daredevil fue el inicio de todo...


Salut!

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