Últimamente los dos escritores de novela negra que más me emocionan, que más me interesan son la francesa Fred Vargas y el británico, afincado en Canadá, Peter Robinson.
La primera es una escritora nada convencional. Fred Vargas es el seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau. No tiene un personaje fijo sino varios: los Tres Evangelistas (Marc Vandoosler, Lucien Devernois y Matthias Delamarre) que viven en un caserón parisino junto al policia retirado Armand Vandoosler; el también ex-policía y ahora detective Ludwing o Louis Kehlweiler y por último su personaje estrella: el comisario Jean-Baptiste Adamsberg que protagoniza para mi gusto sus mejores novelas. Estos tres ciclos se entrecruzan a menudo y no es poco frecuente que alguno de los evangelistas ayude a Adamsberg a resolver sus casos.



Peter Robinson es mucho más convencional que Fred Vargas escribiendo, pero no menos intenso. Su protagonista es el inspector Alan Banks que aquejado de estrés deja la división de estupefacientes de la policía de Londres para irse con su familia a trabajar al pueblo de Estvale en el norte de Inglaterra. De momento ha protagonizado 18 novelas de las que sólo 5 se han publicado en castellano.
