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viernes, 25 de julio de 2008

Maestro Krigstein.



Una de mis debilidades, uno de los más grandes es Bernard Krigstein (1919-1990).

Este autor se fajó en numerosas editoriales hasta que aprovechó la libertad y explosión de ideas del glorioso período 1950-55 de E.C.Comics para realizar allí una obra que revolucionaría el comic book americano; aunque mucha gente se dió cuenta posteriormente. Autor de una de las mejores historias cortas jamás publicadas - Master race! - aportó a la historieta una narrativa con un estilo moderno, innovador y personal. Publicó numerosas historias en revistas como The Vault of Horror, Weird Science-Fantasy o incluso Aces High (dedicada a las historias bélicas de aviación donde reinaba otro de los grandes: George Evans) y cuando la censura macarthista y la autocensura de los más pusilánimes (o los más interesados que de todo hubo) se abatió sobre los comic books, Krigstein fue uno de los que abandonó el medio y se dedicó a la ilustración y la pintura.

En el imprescindible blog Golden Age Comic Book Stories podemos ver esta historia en blanco y negro remake (o re-do como dicen ellos) de una originalmente publicada en color en Weir Fantasy #8, julio/agosto de 1951 y dibujada por Georges Roussos con guión de Al Feldstein. La historia titulada Slave Ship es un ejemplo muy significativo del estilo E.C.Comics, con paradoja progre final incluida, y al mismo tiempo es una muestra clara del impresionante talento de Bernard Krigstein que se luce en este caso con las tramas mecánicas. Su virtuosismo al encuadrar, al pasar de una acción a otra mediante elipsis valientes pero diáfanas y su entintado moderno dotan a este cuento corto de una calidad insuperable. Lo dicho: es una de mis debilidades.

Aprovechad, ya que estáis, para remolonear por esta web americana porque vale la pena. Por lo pronto podréis ver tres remakes más de autores como Wally Wood, Archie Goodwin/George Evans o Reed Crandall que no tienen desperdicio.
Para acabar lo de siempre: a ver cuando alguien se anima y publica, de manera digna y respetuosa, una selección de las mejores historias de Bernard Krigstein y llena el hueco enorme que existe en nuestro mercado.

2 comentarios:

Emilio Aurelio dijo...

Muy curioso el uso que hace de las tramas. No las vincula a ninguna línea que marque sus límites, les da autonomia propia. Este hombre, siempre inventando.

Anónimo dijo...

Es muy grande. Precisamente este detalle es el que más me impactó. Le da al dibujo una elegancia inusual. Su narrativa es también espectacular.