Terminamos mal el año, lo terminamos fatal. Ayer murió José Ortiz uno de los más grandes artistas de comics españoles de todos los tiempos. Tenía 81 años y su carrera ha sido modélica tanto en las editoriales más industriales de los años 50 en España, como para el mercado inglés, el estadounidense - Warren concretamente - como, al final, en su faceta de autor en el boom del comic español y en el comic comercial italiano de finales del siglo pasado.
José Ortiz debutó en la editorial Maga donde realizó series como El espía, Dan Barry el Terremoto, El príncipe Pablo, Pantera Negra, El Duque Negro o Capitán Don Nadie. De esta época destaca la serie Sigur el vikingo que realizó para la Editorial Toray. En los 60 su arte se internacionalizó a través de las agencias como Bardon Art y trabajó para el mercado inglés llegando a encargarse de una tira diaria, Carolyn Baker, Barrister at law para el periódico Daily Express y de series como U.F.O. Agent para la revista Eagle y dibujó también numerosos relatos bélicos y románticos.
En los 70 y a través de la agencia Selecciones Ilustradas desembarcó en el mercado estadounidense primero con una serie titulada Grandes mitos del Oeste con guiones de Josep Toutain, director de la agencia, para ingresar más tarde en la nómina de dibujantes que colaboraban para la editorial Warren donde alcanzó fama mundial. Sus historias de terror, principalmente para la revistas Vampirella, Creepy y Eerie son legendarias ya que destacaba por su estilo elegante y atrevido, su entintado audaz, el dominio del claroscuro y de la figura humana que le emparenta con sus maestros Alex Raymond y Hal Foster. En España publicó una serie, El nuevo Tarzán, editada por Toutain que tuvo recorrido por numerosos países europeos como Francia, Alemania, Noruega, Suecia y Países Bajos y que es considerada como una de las grandes interpretaciones del personaje creado por Edgar Rice Burroughs.
D.E.P.
4 comentarios:
Su trayectoria como dibujante ha sido increíble, una pena su perdida.
Uno de los más grandes de la historia del cómic nacional, sin ninguna duda.
Descansa en paz, maestro.
Kyoto, Mo,
su trayectoria fue espectacular y nos dejó una cantidad ingente de páginas memorables que la mayoría no se encuentran con facilidad.
Yo para recordarlo voy a releer por enésima vez Las 1000 caras de Jack el Destripador en la edición de Toutain que amarillea ya por los años...
Saludos y felices Fiestas.
Hermoso artículo. Una gran pérdida y magníficos recuerdos de su poderosa narrativa.
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