Selina Kyle, alias Catwoman, reflexiona:
"...El problema es que la policía no se mata mucho en buscar pistas. Las víctimas no son personas para ellos. Y mientras el asesino no salga en los medios, sus muertes son aceptables".
"Así que ¿Quién las defiende? ¿ ... si no es la poli? ¿Batman? No. Aunque le preocupan estas mujeres no son prioridad en su lista. En lo que a él respecta han escogido una vida criminal, y, aunque víctimas, no son inocentes. Pero yo he sentido el miedo... y el dolor. El dolor de la inocencia perdida (...)
Pisan su sangre para robarle sus últimos 10 dólares porque creen que no es una persona. Pero se equivocan... Todas los son... Y yo las defenderé ya que nadie más lo hará".
(Darwyn Cooke. Catwoman # 02 pag. 22)
Este monólogo interior, esta promesa escrita por Ed Brubaker en el Catwoman # 2 ( feb.2002) es una demostración de que el genial guionista de La Escena del Crimen tenía claro lo que quería hacer con su heroina.
Catwoman fue durante muchos años un personaje secundario dentro de la franquicia de Batman, sin mucho relieve. No tenía el tirón de personajes como Dos Caras o El Joker, Si acaso brilló en la serie de televisión de los sesenta emitida por la cadena ABC donde Julie Newmar componía un personaje estrambótico, sexy y tierno a la vez. Pero todo era muy pop, incluso algo friki. El cambio constante de trajes no ayudaba.
Como casi siempre fue Frank Miller - trás el reset de Crisis en Tierras Infinitas - el que pulsó la tecla edecuada, definió al personaje de una vez por todas y lo dotó de alma en su insuperable Batman, año uno por supuesto ayudado por David Mazzucchelli que la encarnó de manera espectacular.
Pero fue un paréntesis ya que a pesar de contar con algunas miniseries y una primera serie regular la confusión y el desconcierto volvió a la vida de Selina Kyle.
Pero en eso que al nacer el nuevo siglo Ed Brubaker decide adentrarse en el mainstream de los comic books norteamericanos y lo hace a lo grande, en DC y con Catwoman.
(Brad Rader/Cameron Stewart. Catwoman # 05 pag. 08)
Brubaker abre fuego con una miniserie de relleno protagonizada por el maduro y olvidado detective Slam Bradley. Está compuesta de 4 episodios de 8 páginas y se tituló Trail of the Catwoman.y finalmente fue publicada en Detective Comics # 759 a 762 a principios del 2001. Son 32 páginas dibujadas por Darwyn Cooke donde el detective empieza a buscar a Selina Kyle, presuntamente muerta, por orden del alcalde Gotham City. Se trata de una historia destinada a romper con todo el pasado de Catwoman pero también empieza a establecer el tono que el guionista de Sleeper impondrá durante toda su etapa al frente del personaje.
(Darwyn Cooke Trail of the Catwoman # 03 pag. 08 Detective Comics # 761)
Nos encontramos ante una historia de marcado carácter de serie negra, donde el guionista redefine a la persona por encima de la superheroína y donde empezamos a ver las características que nos encontraremos muy pronto en la serie regular. Personajes con alma, secundarios creíbles, tramas interesantes y monólogos eficaces que reflejan la evolución interior de sus protagonistas.
(Darwyn Cooke. Trail of the Catwoman # 01 pag. 08. Detective Comics # 759)
La nueva serie regular empezó en enero del 2002 y supuso un soplo de aire fresco. Ed Brubaker tiene un plan y se dedica a ejecutarlo con paciencia y perseverancia.
(AVISO: aunque la mayoría conozcáis la serie, a partir de ahora puede caer algún SPOILER)
Durante los primeros números el guionista se ocupa de dotar a su personaje principal de motivaciones creíbles y así componer un personaje situado a medio camino entre los superhéroes inflexibles representados por Batman y los villanos estrambóticos que pueblan el universo DC. Catwoman no es una villana pero tampoco se convierte en una defensora de la ley. Ella busca proteger a la que considera su gente, a los marginados, del que considera su barrio, el East End de Gotham City, su hogar.
(Cameron Stewart. Catwoman # 12 pag. 03)
Por eso sus principales enemigos son las mafia locales que inundan las calles de droga y que imponen su ley a base de violencia y miedo. Por eso, también, se enfrenta a la corrupción policial, a los traficantes de droga y a los magnates ocultos detrás de jefecillos, chulos y matones. Pero esta lucha no puede resultar inocua. Selina Kyle y los que la acompañan pagan un precio terrible por defender a los débiles, a los marginados, a los que las autoridades y los superhéroes siempre olvidan.
(Javier Pulido. Catwoman # 19 pag. 21)
Finalmente tras asumir la dolorosa pérdida de seres queridos y de la inocencia, Selina, Holly, Slam e incluso Bruce Wayne, alias Batman, se curan las heridas, recomponen su figura y deciden que el único camino que les queda es defender lo que creen con empeño y además disfrutar del camino acompañados de la gente a la que respetan, admiran y quieren. Un camino de ida y vuelta que les ha convertido en seres más sabios y más fuertes pagando por ello un precio demasiado alto pero inevitable. Un viaje real como la vida misma.
(fin de los presuntos SPOILERS)
(Paul Gulacy/Jimmy Palmiotti. Catwoman # 37 pag.15)
Yendo al detalle, la etapa de Ed Brubaker al frente de Catwoman se compone de 36 números en la colección regular publicada por DC Comics. Del 01 al 37 del volumen 3 norteamericano salvo el # 11 que corre a cargo de Steve Grant. También de una miniserie titulada Trail of the Catwoman con 4 episodios de 8 páginas publicados en Detective Comics # 759 al 762 y que son un prólogo a la serie regular. Y finalmente un comic book especial titulado Catwoman: secret files and origins # 01 de noviembre del 2002 con cuatro historias cortas de diferente extensión; tres publicadas aquí y tituladas Las muchas vidas de Selina Kyle, ¿Por qué Holly no está muerta? y El caso Mc Sweeney además de una inédita de 6 páginas titulada Proper planning que en EEUU se recopiló también en el álbum Relentless.
Un caso aparte es la novela gráfica titulada Catwoman: el gran golpe que está escrita y dibujada por Darwyn Cooke tras su paso por la serie regular y tomando como referencia el enfoque del guionista. Aunque no está escrita por él, Brubaker la incorporará en su continuidad.
En España toda esta etapa - incluida la historia de Darwyn Cooke - está publicada en 8 álbumes que paso a enumerar por orden de lectura: El gran golpe, El lado oscuro de la calle, Malas calles, Sin tregua, Caer no es fácil (éstos publicados por Norma Editorial) y Catwoman 1, 2 y 3 publicados a su vez por Planeta DeAgostini.
En el apartado artístico la principal característica es la coherencia. Acostumbrados a los vaivenes de dibujantes, entintadores y coloristas en las series de superhéroes, en este caso la sucesión de artistas es casi ejemplar.
Empezamos por Darwyn Cooke - ayudado por Cameron Stewart en la miniserie y por Mike Allred en la serie regular - que es el que marca el camino, define el estilo y rediseña personajes y ambientación - incluido el traje de la protagonista - y todo con un estilo que podríamos definir entre cartoon y noir. Tras esta primera etapa de cuatro números, se incorpora el dibujante Brad Rader ayudado decisivamente por Rick Burchett y Cameron Stewart a las tintas. Son 6 episodios (del 5 al 10) donde la atención se centra en la trama y en la evolución de los personajes y donde el trabajo eficaz y discreto de Rader es una bendición. Por su parte tanto Stewart como Burchett le dan este tono noir que no desentona con lo anterior. En el siguiente arco de 5 números toma las riendas Cameron Stewart firmando un trabajo sobresaliente ya que combina eficacia con espectacularidad, siendo discreto e indispensable. Después de tantos episodios a la sombra su trabajo se revela esencial para consolidar gráficamente la colección.
(Cameron Stewart. Catwoman # 15 pag. 06)
Tras Stewart y los acontecimientos narrados en Sin tregua se produjo el primer cambio estilístico importante aunque para mi gusto éste fue plenamente justificado y acertado. Javier Pulido se encarga del dibujo y del acabado de la historia titulada Caer no es fácil que abarca los números 17 al 19. Son tres episodios esenciales para entender la etapa Brubaker donde Selina, Sam y sobre todo Holly asumen y asimilan todo lo ocurrido hasta entonces y donde el dolor está plenamente presente. Pulido realiza un trabajo espectacular ayudado por el colorista Matt Hollingsworth. El español se ocupa también de las portadas firmando así tres joyas del comic book.
(Javier Pulido. Catwoman # 17 pag. 03)
De nuevo toma las riendas Cameron Stewart ayudado a veces por Guy Davis o Nick Derigton en una etapa marcada por la continuidad. El viaje de recuperación que Selina y Holly emprenden por los escenarios más característicos del Universo DC y acompañadas por algunos de sus personajes emblemáticos no supone una ruptura estilística por más que uno añore los oscuros callejones del East End de Gotham. Davis, Derigton y Stewart firman unas páginas a la par sencillas y eficaces con un toque de espectacularidad.
(Cameron Stewart. Catwoman # 20 pag. 05)
Y finalmente nos encontramos con la segunda gran ruptura estilística, ésta más discutible, aunque no exenta de atractivo. A partir del # 25 de la colección Paul Gulacy y Jimmy Palmiotti toman las riendas del arte hasta el final de la era Brubaker, en el # 37, con sólo dos excepciones en los # 32 y 34 a cargo de Sean Philips y Diego Olmos respectivamente.
(Paul Gulacy/Jimmy Palmiotti. Catwoman # 25 pag. 14)
El enfoque del tandem Gulacy/Palmiotti es más cercano al hiperrealismo, más exacerbado y más propenso a la espectacularidad que a la introspección por lo que Brubaker tiene que adaptarse y crear tramas donde por primera vez las batallas son predominantes, donde los enemigos tienen superpoderes y donde Batman tiene un papel activo y no como mero espectador. Además la serie se ve involucrada durante tres números (del 34 al 36) en un crossover titulado Juegos de Guerra que acentúa aún más el giro hacia lo convencional. Seguramente no fueron una elección acertada pero con todo este equipo nos regala algunas secuencias más que interesantes.
(Paul Gulacy/Jimmy Palmiotti. Catwoman # 30 pag. 14)
En el aspecto gráfico quiero destacar también las excelentes portadas que ha gozado esta colección durante la estancia de Ed Brubaker al frente.
Podemos distinguir dos tendencias. La primera se caracteriza por contar con dibujantes invitados como Paul Pope - responsable de la inmensa portada que encabeza este post - J.G.Jones, Jeff Parker y Scott Morse. En la otra tendencia vemos que el dibujante principal se encarga también de la cubierta. Son portadas de Darwyn Cooke, Cameron Stewart, Javier Pulido y también de Paul Gulacy con tintas de Jimmy Palmiotti. A continuación tenéis algunos ejemplos de ambas modalidades.
(Catwoman #2 Darwyn Cooke, #5 y 9 Paul Pope, #11 Jeff Parker, #14 y 15 J.G. Jones, #19 Javier Pulido, #24 Cameron Stewart y finalmente #29 y 33 Gulacy/Palmiotti)
La etapa final de Ed Brubaker en la serie tiene sin embargo fogonazos de auténtico genio. El # 32 titulado True romance? y dibujado de manera excelsa por Sean Philips y Stefano Gaudiano es un paréntesis que empieza a cerrar historias pendientes mediante tres secuencias protagonizadas por duos; Holly y su novia Karon, Sam Bradley y su hijo Junior y sobre todo Selina Kyle y Bruce Wayne. Es un episodio redondo donde de manera lenta pero intensa Brubaker nos retrata los lazos afectivos que unen a los personajes e intenta cicatrizar definitivamente algunas heridas sentimentales.
(Sean Philips/Stefano Gaudiano, Catwoman # 32 pag. 08)
El otro fogonazo es sin duda el último número de su extenso período a cargo de la serie. A pesar de contar con unos dibujantes claramente inadecuados - Gulacy y Palmiotti no son los mejores a la hora de reflejar sutilezas - y a pesar de que la editorial le acaba de imponer un crossover a todas luces incoherente, Bru intenta cerrar el círculo. Quiere despedirse de sus personajes reflejando de manera emotiva como han evolucionado. Todo lo que han pasado ha servido para que tomen conciencia de lo que es realmente importante en sus vidas. Brubaker suelta las riendas pero lo hace dejando un legado infinitamente mejor del que recogió.
Con todo esto, Ed Brubaker se ha dado cuenta que ya no puede dominar la serie ni a la editorial... y quizás ya ha contado todo lo que tenía que decir sobre Catwoman. Y como los mejores se va en el momento justo, por la puerta grande y lo que es más importante dejando un puñado de historias que quien las ha leído nunca olvidará y que quien se disponga a leerlas por primera vez no sabe aún la suerte que tiene.
(Javier Pulido. Catwoman # 18 pag. 11)
Salut!
Brubaker abre fuego con una miniserie de relleno protagonizada por el maduro y olvidado detective Slam Bradley. Está compuesta de 4 episodios de 8 páginas y se tituló Trail of the Catwoman.y finalmente fue publicada en Detective Comics # 759 a 762 a principios del 2001. Son 32 páginas dibujadas por Darwyn Cooke donde el detective empieza a buscar a Selina Kyle, presuntamente muerta, por orden del alcalde Gotham City. Se trata de una historia destinada a romper con todo el pasado de Catwoman pero también empieza a establecer el tono que el guionista de Sleeper impondrá durante toda su etapa al frente del personaje.
(Darwyn Cooke Trail of the Catwoman # 03 pag. 08 Detective Comics # 761)
Nos encontramos ante una historia de marcado carácter de serie negra, donde el guionista redefine a la persona por encima de la superheroína y donde empezamos a ver las características que nos encontraremos muy pronto en la serie regular. Personajes con alma, secundarios creíbles, tramas interesantes y monólogos eficaces que reflejan la evolución interior de sus protagonistas.
(Darwyn Cooke. Trail of the Catwoman # 01 pag. 08. Detective Comics # 759)
La nueva serie regular empezó en enero del 2002 y supuso un soplo de aire fresco. Ed Brubaker tiene un plan y se dedica a ejecutarlo con paciencia y perseverancia.
(AVISO: aunque la mayoría conozcáis la serie, a partir de ahora puede caer algún SPOILER)
Durante los primeros números el guionista se ocupa de dotar a su personaje principal de motivaciones creíbles y así componer un personaje situado a medio camino entre los superhéroes inflexibles representados por Batman y los villanos estrambóticos que pueblan el universo DC. Catwoman no es una villana pero tampoco se convierte en una defensora de la ley. Ella busca proteger a la que considera su gente, a los marginados, del que considera su barrio, el East End de Gotham City, su hogar.
(Cameron Stewart. Catwoman # 12 pag. 03)
Por eso sus principales enemigos son las mafia locales que inundan las calles de droga y que imponen su ley a base de violencia y miedo. Por eso, también, se enfrenta a la corrupción policial, a los traficantes de droga y a los magnates ocultos detrás de jefecillos, chulos y matones. Pero esta lucha no puede resultar inocua. Selina Kyle y los que la acompañan pagan un precio terrible por defender a los débiles, a los marginados, a los que las autoridades y los superhéroes siempre olvidan.
(Javier Pulido. Catwoman # 19 pag. 21)
Finalmente tras asumir la dolorosa pérdida de seres queridos y de la inocencia, Selina, Holly, Slam e incluso Bruce Wayne, alias Batman, se curan las heridas, recomponen su figura y deciden que el único camino que les queda es defender lo que creen con empeño y además disfrutar del camino acompañados de la gente a la que respetan, admiran y quieren. Un camino de ida y vuelta que les ha convertido en seres más sabios y más fuertes pagando por ello un precio demasiado alto pero inevitable. Un viaje real como la vida misma.
(fin de los presuntos SPOILERS)
Yendo al detalle, la etapa de Ed Brubaker al frente de Catwoman se compone de 36 números en la colección regular publicada por DC Comics. Del 01 al 37 del volumen 3 norteamericano salvo el # 11 que corre a cargo de Steve Grant. También de una miniserie titulada Trail of the Catwoman con 4 episodios de 8 páginas publicados en Detective Comics # 759 al 762 y que son un prólogo a la serie regular. Y finalmente un comic book especial titulado Catwoman: secret files and origins # 01 de noviembre del 2002 con cuatro historias cortas de diferente extensión; tres publicadas aquí y tituladas Las muchas vidas de Selina Kyle, ¿Por qué Holly no está muerta? y El caso Mc Sweeney además de una inédita de 6 páginas titulada Proper planning que en EEUU se recopiló también en el álbum Relentless.
Un caso aparte es la novela gráfica titulada Catwoman: el gran golpe que está escrita y dibujada por Darwyn Cooke tras su paso por la serie regular y tomando como referencia el enfoque del guionista. Aunque no está escrita por él, Brubaker la incorporará en su continuidad.
En España toda esta etapa - incluida la historia de Darwyn Cooke - está publicada en 8 álbumes que paso a enumerar por orden de lectura: El gran golpe, El lado oscuro de la calle, Malas calles, Sin tregua, Caer no es fácil (éstos publicados por Norma Editorial) y Catwoman 1, 2 y 3 publicados a su vez por Planeta DeAgostini.
En el apartado artístico la principal característica es la coherencia. Acostumbrados a los vaivenes de dibujantes, entintadores y coloristas en las series de superhéroes, en este caso la sucesión de artistas es casi ejemplar.
Empezamos por Darwyn Cooke - ayudado por Cameron Stewart en la miniserie y por Mike Allred en la serie regular - que es el que marca el camino, define el estilo y rediseña personajes y ambientación - incluido el traje de la protagonista - y todo con un estilo que podríamos definir entre cartoon y noir. Tras esta primera etapa de cuatro números, se incorpora el dibujante Brad Rader ayudado decisivamente por Rick Burchett y Cameron Stewart a las tintas. Son 6 episodios (del 5 al 10) donde la atención se centra en la trama y en la evolución de los personajes y donde el trabajo eficaz y discreto de Rader es una bendición. Por su parte tanto Stewart como Burchett le dan este tono noir que no desentona con lo anterior. En el siguiente arco de 5 números toma las riendas Cameron Stewart firmando un trabajo sobresaliente ya que combina eficacia con espectacularidad, siendo discreto e indispensable. Después de tantos episodios a la sombra su trabajo se revela esencial para consolidar gráficamente la colección.
(Cameron Stewart. Catwoman # 15 pag. 06)
Tras Stewart y los acontecimientos narrados en Sin tregua se produjo el primer cambio estilístico importante aunque para mi gusto éste fue plenamente justificado y acertado. Javier Pulido se encarga del dibujo y del acabado de la historia titulada Caer no es fácil que abarca los números 17 al 19. Son tres episodios esenciales para entender la etapa Brubaker donde Selina, Sam y sobre todo Holly asumen y asimilan todo lo ocurrido hasta entonces y donde el dolor está plenamente presente. Pulido realiza un trabajo espectacular ayudado por el colorista Matt Hollingsworth. El español se ocupa también de las portadas firmando así tres joyas del comic book.
(Javier Pulido. Catwoman # 17 pag. 03)
De nuevo toma las riendas Cameron Stewart ayudado a veces por Guy Davis o Nick Derigton en una etapa marcada por la continuidad. El viaje de recuperación que Selina y Holly emprenden por los escenarios más característicos del Universo DC y acompañadas por algunos de sus personajes emblemáticos no supone una ruptura estilística por más que uno añore los oscuros callejones del East End de Gotham. Davis, Derigton y Stewart firman unas páginas a la par sencillas y eficaces con un toque de espectacularidad.
Y finalmente nos encontramos con la segunda gran ruptura estilística, ésta más discutible, aunque no exenta de atractivo. A partir del # 25 de la colección Paul Gulacy y Jimmy Palmiotti toman las riendas del arte hasta el final de la era Brubaker, en el # 37, con sólo dos excepciones en los # 32 y 34 a cargo de Sean Philips y Diego Olmos respectivamente.
(Paul Gulacy/Jimmy Palmiotti. Catwoman # 25 pag. 14)
(Paul Gulacy/Jimmy Palmiotti. Catwoman # 30 pag. 14)
En el aspecto gráfico quiero destacar también las excelentes portadas que ha gozado esta colección durante la estancia de Ed Brubaker al frente.
Podemos distinguir dos tendencias. La primera se caracteriza por contar con dibujantes invitados como Paul Pope - responsable de la inmensa portada que encabeza este post - J.G.Jones, Jeff Parker y Scott Morse. En la otra tendencia vemos que el dibujante principal se encarga también de la cubierta. Son portadas de Darwyn Cooke, Cameron Stewart, Javier Pulido y también de Paul Gulacy con tintas de Jimmy Palmiotti. A continuación tenéis algunos ejemplos de ambas modalidades.
(Catwoman #2 Darwyn Cooke, #5 y 9 Paul Pope, #11 Jeff Parker, #14 y 15 J.G. Jones, #19 Javier Pulido, #24 Cameron Stewart y finalmente #29 y 33 Gulacy/Palmiotti)
La etapa final de Ed Brubaker en la serie tiene sin embargo fogonazos de auténtico genio. El # 32 titulado True romance? y dibujado de manera excelsa por Sean Philips y Stefano Gaudiano es un paréntesis que empieza a cerrar historias pendientes mediante tres secuencias protagonizadas por duos; Holly y su novia Karon, Sam Bradley y su hijo Junior y sobre todo Selina Kyle y Bruce Wayne. Es un episodio redondo donde de manera lenta pero intensa Brubaker nos retrata los lazos afectivos que unen a los personajes e intenta cicatrizar definitivamente algunas heridas sentimentales.
(Sean Philips/Stefano Gaudiano, Catwoman # 32 pag. 08)
El otro fogonazo es sin duda el último número de su extenso período a cargo de la serie. A pesar de contar con unos dibujantes claramente inadecuados - Gulacy y Palmiotti no son los mejores a la hora de reflejar sutilezas - y a pesar de que la editorial le acaba de imponer un crossover a todas luces incoherente, Bru intenta cerrar el círculo. Quiere despedirse de sus personajes reflejando de manera emotiva como han evolucionado. Todo lo que han pasado ha servido para que tomen conciencia de lo que es realmente importante en sus vidas. Brubaker suelta las riendas pero lo hace dejando un legado infinitamente mejor del que recogió.
Con todo esto, Ed Brubaker se ha dado cuenta que ya no puede dominar la serie ni a la editorial... y quizás ya ha contado todo lo que tenía que decir sobre Catwoman. Y como los mejores se va en el momento justo, por la puerta grande y lo que es más importante dejando un puñado de historias que quien las ha leído nunca olvidará y que quien se disponga a leerlas por primera vez no sabe aún la suerte que tiene.
(Javier Pulido. Catwoman # 18 pag. 11)
Salut!
5 comentarios:
¡Bravo! Excelente comentario de la etapa, felicidades. :___) Recordarás que en su día, ya hace bastantes años, pues fui escribiendo reseñas individuales a medida que iba saliendo cada tomo, también comenté esta etapa... Luego puse todas las entradas juntas aquí, y hay un comentario tuyo al final. ;) Veo que coincidimos prácticamente en todo, lo que me alegra, pues ya sabes que adoro esta etapa que, como tú bien decías, no dudaría en poner a la altura del Daredevil de Miller, en su género.
Saludos,
W
Werewolfie,
Gracias...
y tanto que me acuerdo de tu magnífico artículo. Recuerdo que en su momento la serie nos impactó a algunos, bastantes y leída ahora no sólo conserva su vigencia sino que parece más actual que nunca.
Por ejemplo algo que al final he tenido que dejar de lado por espacio es el aspecto social del mensaje de Brubaker que me parece un claro precedente de los 15M o todas las rebeliones populares árabes o de Hong Kong.
En fin que tiene mucha miga y por eso no he dudado en ponerla la primera de esta serie de mis comics de superhéroes favoritos.
Espero que coincidamos con más casos... el que citas también es indispensable; coming soon.
Saludos.
Esta nueva sección no podía comenzar de mejor manera... XD
Enormes Ed Brubaker y Darwyn Cooke, así como un gran trabajo de todos los artistas que participaron tras Darwyn... Un nivel altísimo desde el primer hasta el último número.
Saludos.
Mo,
esta claro que fue una gran etapa dentro de la historia de DC. Lástima que no tuviera una continuidad adecuada.
Veo que ya está listo el Comic Book Classics de Jack Kirby, mucha suerte y lo espero en la librería de confianza que tú conoces.
Saludos
Excelente entrada, Catwoman de Brubaker y Cooke me fascinan, todos estaban soberbios, una etapa magnífica de este personaje.
Una enorme entrada.
Saludos
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