La semana pasada murió Donald Edwin Westlake un gran escritor de novela negra que me gustaba mucho aunque yo a quien prefería era a Richard Stark y esto no es una irreverencia.
Explica Antonio Rivas en una reseña en Bibliopolis, la revista digital, que cuando un tal J. Morgan Cunningham publicó la novela Comfort Station (1970) Westlake se encargó del prólogo y dejó escrito que: "... desearía haber escrito un libro como este", una de esas frases típicas de prólogo si no fuera porque Cunningham era uno de los varios pseudónimos de Westlake (como Richard Stark, Ben Christopher, Edwin West, Samuel Holt...) y que por lo tanto el bueno de Donald sí había escrito el libro.
Este humor travieso y zumbón es el que se gastaba Westlake en sus libros y en su vida.
Era el autor neoyorquino, nacido en Brooklyn en 1933, un escritor prolífico que conocía perfectamente los entresijos del mundo editorial americano y que por eso, sabiendo la desconfianza que tanto lectores como editores tienen con los artistas de producción abundante, utilizó durante su carrera estos pseudónimos y algunos más.
Sin embargo como Donald E. Westlake creó uno de sus personajes más conocidos John Dortmunder, un ladrón concienzudo pero con muy mala suerte que protagoniza una serie de novelas llenas de humor. La primera, Un diamante al rojo vivo/Hot rock (1970), contó con adaptación cinematográfica a cargo de Peter Yates con Robert Redford de protagonista.
Su otra gran serie tiene como protagonista a otro ladrón tan profesional como Dortmunder pero mucho más directo y violento; se trata de Parker y sus novelas van firmadas, estas sí, por Richard Stark. La primera de todas titulada The Hunter (1963) narra una historia de venganza que removerá los bajos fondos de Nueva York. También contó con adaptación cinematográfica y por dos veces: Point Blank/A quemarropa en 1967 dirigida por John Boorman y protagonizada por Lee Marvin en el papel de Parker y Payback (1999) con Mel Gibson de protagonista. Dentro de esta serie encontramos La luna de los asesinos/Butcher's moon (1973) una de sus mejores novelas y un ejemplo perfecto de novela negra de estilo hard-boiled.
También escribió con su nombre numerosas novelas sin protagonista fijo de las que yo destacaría tres: Killy (1963) centrada en el mundo de los sindicatos americanos, Policias y ladrones/Cops and robbers (1972) con dos policías de Nueva York como protagonistas y finalmente El gancho/The Hook (2000) donde Westlake nos adentra en los entresijos del "mundillo" literario americano y en el universo de los autores "hot".
Fue guionista de cine, autor de la novela Two Much (1975) que Fernando Trueba masacraría en su paso por Hollywood y autor de varias novelas de ciencia ficción, del oeste y paródicas.
La verdad es que ha muerto uno de los grandes, aunque yo siga lamentando más la muerte de Richard Stark, pero estoy seguro que Donald Edwin Westlake no se hubiera enfadado por eso. D.E.P.
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D.E.P.
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