At last!
Por fin conseguí el material de esta maravillosa historia de Elisa Gálvez y Federico del Barrio que posiblemente fue una de las primeras en que pensé cuando me planteé hacer esta serie de posts dedicados al comic de corta extensión.
Con todos ustedes: "Soy el que siempre quiere irse...".
"Soy el que siempre quiere irse..." es una melancólica recreación de un fragmento del poema El paso de las horas de Fernando Pessoa:
"... Eu sou o que sempre quer partir,
E fica sempre, fica sempre, fica sempre...".
Melancolía que se ajusta perfectamente a la atmósfera de las historias de Leon Doderlin un personaje que representa de manera exacta a aquellos immaculate fools que proliferaron por los años 80 del siglo pasado.
Pero lo que hace inolvidable este relato es la poética puesta en escena de Federico del Barrio. El sentido del ritmo, la exacta descripción de las horas del día y la noche, su prodigiosa capacidad para transmitir los cambios de la luz - fijaos sino en la última viñeta de la tercera página donde se ve literalmente amanecer - y la preciosa cuarta y última página hacen de este relato una obra de arte de una belleza sobrecogedora.
Reconozco que hubo una época, hace unos añitos, que casi me atacaba el síndrome de Stendhal cada vez que me quedaba hipnotizado mirando esta página final.
Esta pequeña joya se publicó por primera vez en la revista Madriz # 16 de mayo de 1985 y en dos álbumes de casi nula repercusión La Orilla editado por Sombras Ediciones en 1985 y Leon Doderlin de Ediciones Casset del 1991 que guardo como oro en paño en mi biblioteca porque son muy difíciles de encontrar.
Salut!
2 comentarios:
Una historia preciosa, Tristán, y un bello dibujo que se amolda perfectamente a la languidez del argumento.
Yo no la conocía y me ha encantado.
Gracias por este regalo.
Un abrazo.
Jesús,
si, es una historia muy hermosa. Y pese a la dificultad de plasmar los matices que presenta está resuelta con una maestría y una sensibilidad poco común. El álbum titulado Leon Doderlin es una joya que que gustará leer. Seguro.
Un abrazo.
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